El avance de la inteligencia artificial dejó de ser una proyección para convertirse en un factor tangible dentro del mercado laboral mundial. Pero más allá del impacto tecnológico, en la Argentina también se está produciendo una transformación profunda: la digitalización y la urgencia por atraer y retener talento están llevando a las empresas a repensar su forma de gestionar recursos. En este nuevo escenario, tres ejes concentran los principales cambios: la incorporación de la inteligencia artificial en las tareas cotidianas, la creciente demanda de flexibilidad por parte de los colaboradores y la consolidación de la diversidad como un factor estratégico para la competitividad.

Lo que parecía una amenaza a largo plazo se transformó en algo más certero. OpenAI, la creadora de ChatGPT publicó un nuevo informe, GDPval (Gross Domestic Product-valued evaluation), que mide hasta qué punto las actuales inteligencias artificiales pueden reemplazar el trabajo humano en tareas reales.
Según el estudio, los modelos más avanzados ya alcanzan —e incluso superan— el desempeño de profesionales humanos en decenas de actividades específicas, revelando con precisión cuáles son las profesiones más vulnerables a la automatización.
El GDPval evaluó el rendimiento de la IA en 44 ocupaciones distribuidas en nueve sectores clave de la economía estadounidense, entre ellos salud, finanzas, comercio, manufactura, gobierno, servicios profesionales e información. Cada tarea fue revisada por especialistas mediante una metodología “ciega”, es decir, sin saber si las respuestas provenían de personas o de sistemas de inteligencia artificial.
El informe de la compañía creadora de ChatGPT identificó cuáles están en riesgo directo de automatización a partir de la expansión de sistemas avanzados de IA.
Los empleados de mostrador y alquiler encabezan el ranking de riesgo: la IA tuvo mejor desempeño en el 81% de los casos. También figuran los gerentes de ventas (79%) y los encargados de envíos y recepción (76%). Incluso profesiones ligadas a la intuición, como detectives privados, fueron superadas en el 70% de las tareas.
Editores, desarrolladores de software y detectives privados figuran entre los más vulnerables, con niveles de reemplazo que superan el 70%. También aparecen en riesgo gerentes de operaciones, asesores financieros, especialistas en atención al cliente y periodistas, con porcentajes que van del 50% al 65%.
Incluso en sectores donde el componente humano parecía irreemplazable —como enfermería, derecho o trabajo social— la inteligencia artificial ya demuestra desempeños comparables.
En cambio, profesiones técnicas como contadores, ingenieros mecánicos e industriales muestran una mayor resistencia. En conjunto, el estudio concluye que la IA puede ejecutar con eficacia tareas específicas, aunque aún no sustituye las capacidades humanas vinculadas al criterio profesional y la empatía.
Entre los menos vulnerables aparecen los ingenieros industriales (17%) y los ingenieros mecánicos (23%).
OpenAI aclaró que el estudio no busca predecir despidos masivos sino evaluar el potencial de la IA como herramienta de apoyo.
“Los modelos actuales se acercan a la calidad del trabajo experto, pero la automatización total enfrenta límites”, señaló el informe.
Empleados de mostrador: 81%
Gerentes de ventas: 79%
Empleados de envíos, recepción e inventario: 76%
Editores: 75%
Desarrolladores de software: 70%
Detectives e investigadores privados: 70%
Responsables de cumplimiento normativo: 69%
Supervisores de ventas no minoristas: 69%
Representantes de ventas mayoristas y manufactureras: 68%
Gerentes generales de operaciones: 67%
Gerentes de servicios médicos y de salud: 65%
Compradores y agentes de compras: 64%
Asesores financieros personales: 64%
Gerentes de servicios administrativos: 62%
Representantes de atención al cliente: 59%
Supervisores de ventas minoristas: 59%
Supervisores de producción y operaciones: 58%
Enfermeros especialistas: 56%
Corredores de bienes raíces: 54%
Analistas de noticias, reporteros y periodistas: 53%
Gerentes de sistemas informáticos y de información: 52%
Supervisores de policías y detectives: 49%
Representantes de ventas técnicas y científicas: 47%
Abogados: 46%
Especialistas en gestión de proyectos: 42%
Trabajadores sociales de infancia y familia: 42%
Secretarios médicos y asistentes administrativos: 42%
Agentes de bolsa y financieros: 42%
Supervisores de apoyo administrativo: 41%
Analistas de inversiones: 41%
Animadores y recreadores: 37%
Enfermeros titulados: 37%
Gerentes de propiedades y asociaciones: 34%
Gerentes financieros: 32%
Productores y directores: 31%
Técnicos de audio y video: 30%
Conserjes de hotel: 29%
Empleados de gestión de pedidos: 28%
Agentes inmobiliarios: 27%
Farmacéuticos: 26%
Contadores y auditores: 24%
Ingenieros mecánicos: 23%
Ingenieros industriales: 17%
Editores de cine y video: 17%
La inteligencia artificial, de amenaza a aliada
Mientras tanto, en la Argentina, las empresas intentan perderle el miedo a la IA y analizan cómo incorporar esta tecnología en su gestión diaria.
Durante la primera edición de los Adecco Innovation Awards, organizada junto a la Universidad del CEMA, más de 90 compañías compartieron iniciativas disruptivas en gestión de personas.
Allí se discutió cómo la IA pasó de ser una amenaza a convertirse en un socio estratégico. La periodista Martina Rúa, especialista en innovación y miembro del jurado, destacó que el desafío será “decidir qué tareas delegar a la IA y cuáles mantener bajo control humano”.
Flexibilidad y diversidad: las otras claves del nuevo trabajo
El evento también mostró que la transformación laboral no depende solo de la tecnología. La flexibilidad se consolidó como un nuevo estándar de éxito: las empresas buscan esquemas que se adapten a las distintas etapas de vida de los empleados, combinando productividad y bienestar.
La diversidad también se posiciona como ventaja competitiva, con políticas de inclusión y desarrollo personal vistas como motores de innovación y atracción de talento.
El mayor porcentaje del cambio sigue siendo de parte de los humanos. “El 70% del foco debe estar en el desarrollo humano y en la reimaginación de procesos”, sostuvo Rúa.
En la misma línea, Pablo Maison, Chief Human Resources Officer de Pecom, afirmó que el reto no es solo incorporar tecnología, sino redefinir los roles dentro de las organizaciones.