Hace unas semanas, los meteorólogos confirmaron que el verano estará condicionado por un evento El Niño. Que traerá lluvias entre normales y superiores a lo normal para las zonas productivas del país. El pronóstico comienza a cumplirse y las últimas lluvias registradas recargaron las napas al punto de poner en riesgo los cultivos.
Pablo Bollatti -especialista en napas del INTA Marcos Juárez, Córdoba- reconoció que, si bien las napas se vaciaron durante el invierno, en sólo un mes se recargaron. Al punto de dejar a los cultivos en una situación “frágil y susceptible”.
En este contexto, el técnico reconoció que “hay preocupación de que la superficie anegada aumente, la situación de las napas se empeore y que las probabilidades de pérdida de cultivos se acrecienten”.
Lo que se viene
Desde el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar señalan en su informe que para los primeros días de enero, las lluvias se concentrarían en las regiones del NEA, Pampeana, NOA y este de Cuyo, como así también en Santa Cruz, Tierra del Fuego, Mendoza y La Pampa. Y advierten que serían superiores a las normales.
En cuanto al agua acumulada, en el este de Entre Ríos, los máximos podrían alcanzar los 150 milímetros (mm) en forma localizada, mientras que, en el norte de Salta, este de Jujuy, centro y sur de Santa Fe, este de Córdoba, norte de Buenos Aires y sudeste de Corrientes y Chaco las precipitaciones pronosticadas se encontrarían entre los 60 mm y 100 mm.