Este miércoles, dl gobernador admitió que «no se puede parar» y el intendente Javkin puntualizó que la ciudad «también tiene récord de desempleo y pobreza».
No hay acuerdos para que el gobierno provincial implemente nuevas restricciones a los rosarinos para frenar los contagios y muertes por coronavirus.
Mientras el secretario de Salud Municipal, Leonardo Caruana, calificó este miércoles como “una tragedia sanitaria” la situación sanitaria en Rosario, el gobernador Omar Perotti y el intendente de la ciudad, Pablo Javkin, no darían marcha atrás con más prohibiciones.
El primero directamente dijo que “eso no puede darse ahora”, al tiempo que el segundo remarcó que “la ciudad también tiene récord de desempleo y pobreza”.
Sin empatía
Javkin, en tanto, recalcó con crudeza “las conductas de cada uno a la hora de cuidarse y cuidar a los otros”, pidió “no tensar posiciones extremas” y remarcó que la ciudad “también tiene récord de desempleo y pobreza”.
Por su parte, el gobernador señaló que recomendar que nadie salga por 15 días “sería el mejor consejo”, pero admitió que “eso no puede darse ahora”.
Botón rojo
El “botón rojo” que insisten que se accione los equipos de salud no es más que una síntesis de un proceso más complejo que propone avanzar hacia periodos cortos de aislamientos, en forma intermitente y programada.
Esa estrategia obliga no sólo al Estado provincial a tomar decisiones junto a los municipios, sino además buscar el acuerdo de sectores empresarios, que en muchos casos directamente amenazan con no acatar las medidas, como hicieron los gastronómicos en las últimas horas, y a apelar a las responsabilidades individuales a la hora de mantener los cuidados en los momentos de apertura como estrategia de “reducción de daños”.