Desde la Asociación de Consumidores del Litoral manifestaron su preocupación por las serias dificultades de los horticultores periurbanos. A causa de la adversidad climática, por la cual perdieron casi toda la producción. Reclaman mayor intervención estatal para enfrentar estas crisis cíclicas.
Una nueva organización santafesina, denominada Asociación de Consumidores del Litoral, hizo su presentación en sociedad. Dando a conocer un comunicado en el que ponen de manifiesto la preocupación por las graves pérdidas de los productores de hortalizas locales. Calculadas entre un 80% y 100% según estimaciones propias de los pequeños productores.
Consumidores
“Creemos como consumidores que no sólo nos corresponde fomentar la equidad y justicia. En lo referente a precios y calidad de bienes y servicios. Hay un aspecto central que hace a la participación ciudadana. Y tiene que ver con supervisar la producción y las condiciones sanitarias de los alimentos. Por eso nos ocupamos de fomentar la agroecología en las zonas cercanas a las ciudades. Como sucede en los países más avanzados a nivel mundial. Y también nos interesa colaborar en la resolución de los problemas productivos que afectan a los pequeños productores. Que como demuestran las estadísticas de los organismos internacionales como la ONU, son los principales responsables en garantizar que el alimento llegue a las mesas de las familias”, sostienen.
Pequeños productores
“Como Asociación de Consumidores del Litoral nos preocupa la producción de alimentos SANOS, FRESCOS, con PRECIO JUSTO. Y en mercados de VENTA DIRECTA. Buscando de esta manera recompensar el duro trabajo del agricultor.
Pensar la cadena integralmente
“Ocuparnos por los alimentos que consumimos implica paralelamente trabajar y concientizar. Por la necesaria continuidad de estas familias agricultoras. Que en momentos como estos, con marcados excesos de lluvias, exponen toda su vulnerabilidad. Al no ser dueños de la tierra, los costosos alquileres de las fracciones de tierra para sembrar terminan siendo una espada de Damocles. Porque no hay compensación por la pérdida de cosecha. Deben iniciar un nuevo ciclo productivo, y la cosecha perdida no permite la compra de insumos y semillas. Hoy se perdió la producción, por lo tanto no hay venta. Y sin venta no hay dinero para iniciar un nuevo ciclo. El trabajo campesino, -y la posibilidad de generar más trabajo local-, se desmorona si no hay continuidad, y de esta manera es imposible garantizar alimentos sanos para los santafesinos”, añaden.
“La aparición de cordones hortícolas y frutícolas en los bordes de la ciudades está avanzando en el mundo. Por cuestiones que hacen a la seguridad alimentaria. No se puede pensar en modelos que trasladan alimentos miles de kilómetros, porque eso no es eficiente ni justo para los consumidores, que terminan pagando más dinero por fletes que por alimentos cuyas condiciones de producción no pueden ser verificadas, lo que pone en debate la calidad y salubridad de frutas y hortalizas. No es una solución traer el tomate de Salta o Corrientes, la lechuga de La Plata. Eso puede favorecer a un intermediario, pero matamos la producción y el trabajo local”.
“Por eso reclamamos al Ministerio de la Producción de Santa Fe una mayor intervención, que modere en principio y tienda a eliminar en el mediano-largo plazo estas problemáticas, mediante una adecuada planificación y utilización de herramientas de gestión y fomento de la agroecología. Santa Fe era hacia 1980 el principal productor de hortalizas del país, y hoy se encuentra décimo. Es el resultado del abandono a los productores y la especulación urbana”, indicaron posteriormente.
Sobre este punto, manifestaron también que “son necesarias distintas políticas para enfrentar los problemas cíclicos ligados al medioambiente, porque estos fenómenos climáticos, como anuncian biólogos y expertos de distintas extracciones, llegaron para quedarse. Hay que implementar líneas de crédito adecuadas, fondos anticrisis con tasas bajas para su devolución, políticas que tiendan a solucionar la problemática de los alquileres, como los bancos de tierra, y una planificación urbana que tenga como norte los derechos (a la alimentación, al trabajo, a la salud) de miles de personas, y no únicamente la especulación inmobiliaria. Hay mucho trabajo para hacer y la tarea del Estado, como regulador de intereses en aras del bien común, es central”, finalizaron.
Certificación agroecológica participativa
Uno de los aspectos centrales en la tarea que se propone la Asociación de Consumidores del Litoral es la conformación de una red social de certificación agroecológica participativa, que permitirá constatar la trazabilidad -las distintas etapas en los procesos de producción y comercialización de frutas y verduras agroecológicas- con la participación de productores locales, consumidores y entes estatales. La idea es replicar un modelo exitoso en distintas provincias argentinas, y en el mundo. “Es la mejor forma de garantizar, como consumidores, que nuestros alimentos son sanos y seguros”, sostienen.